El afecto que generaba el animador Felipe Camiroaga, de larga carrera en la televisión chilena, quedó de manifiesto en forma explosiva y multitudinaria luego de la tragedia que sufrió en Juan Fernández y que motivó que miles de personas se unieran en oraciones rogando por el milagro de que apareciera con vida.
Pero la esperanza se diluyó y hoy la televisión chilena lamenta la muerte de Felipe Camiroaga, uno de sus animadores estrella, el más carismático, el más versátil y uno de los que quedará en la historia como la gran compañía de miles de hogares chilenos que lo seguían en el programa con el que tuvo mayor permanencia: Buenos Días a Todos, de TVN.
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